Es un discurso que repito muchas veces en nuestra organización; mientras trabajas en una empresa, la empresa es tuya. Eres usufructuario de la misma. El accionariado puede cobrar o no, depende de cómo haya sido el año, y de lo que se haya definido, pero tú normalmente tendrás tu nómina, incluso aunque el año haya sido malo.
La empresa paga tu casa, tu coche, la compra del súper, tus vacaciones, el colegio de tus hijos… comprométete, quiérela un poco más. Vives de ella. Hazla crecer.
Me apena pensar que mucha gente no se compromete e involucra en la empresa en la que está, en su empresa. Mucho derecho, pero poca obligación. Gente que vive anclada en el pasado, que no se compromete porque hace 15 años el gerente que estaba le dijo no se qué, y fue no se cua. Me encanta esto de la memoria selectiva. Si tuviéramos memoria para los temas que aportan valor estaríamos a la cabeza del planeta.
¡Motívate! ¡Busca en tu interior! Encuentra la fuerza que te ayude a comprometerte y a luchar por un proyecto. Si no encuentras esa fuerza en ti, nadie de fuera te la va a poder dar. Cambia de proyecto. Vete. Estas jugando a los bolos cuando lo que te gusta el bádminton. Estas tomando café mientras sueñas con té. Estas viendo cine cuando te encanta el teatro. Practica lo que te gusta, se honesto contigo mismo y con los demás. Solo se disfruta si te gusta. Solo se vive si se hace con pasión.
Vete. Inicia una nueva vida laboral en algo que te llene. Se feliz, haz feliz a otros (a los que dejas y a los que te reciben). ¿Qué pasa? ¿Que está muy alto? ¿Que no se ve si hay red debajo? ¿Que da vértigo? Más vértigo da quemar una vida en un trabajo que no llena. ¡Salta!
Vete:
https://www.youtube.com/watch?v=fOHrY0jV6Hg
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