EL EMPLEADO TÓXICO

17 enero, 2017. 1 Comentarios

EL EMPLEADO TÓXICO

17 enero, 2017 / 1 Comentarios

Hoy voy hablar de ese ser que todos hemos tenido que padecer alguna vez, y que espero sinceramente que no lo tengas que seguir aguantando. Esa gente que no se aguanta ni a sí misma, y sin embargo tenemos que aguantarla  los demás. Esa gente que crea mal ambiente, que contamina, que no ve absolutamente nada positivo en la organización, que crea rumores, que no ayuda a los demás, que critica de forma subjetiva, que boicotea, que no trabaja en equipo, que no comparte, que nunca está contento… el que cuando hace sol se queja del calor, pero cuando llueve se queja de la lluvia.

Bastante duro es el trabajo hoy en día, con alta competencia, exigencia en costes, globalización,… como para tener que lidiar con impresentables que están donde ni quieren ni deben estar. Bastantes problemas a resolver tenemos ya, que este tipo de gente no sea uno más.

Hay dos caminos para este tipo de personas, y las dos están relacionadas con el cambio. O cambian de forma de ser y comportarse, o cambian de trabajo. Más bien, les cambias de trabajo (fuera de tu organización). Creo que hay que empezar por lo primero, sentarse con él, y explicarle que es tóxico, y darle la oportunidad de cambiar. El trabajo lo debe hacer él, pero tú puedes acompañarle en el proceso. Para acompañar a alguien, la otra persona debe estar dispuesta a cambiar. Si esta vía no funciona, lo tienes que sacar de tu organización. PAGA. Te va a salir infinitamente barato. La paz es más barata que la guerra.

La organización va a vivir. La gente va a ver que determinadas conductas no se aprueban en la empresa, y que ésta hace lo que debe hacer. Con un poco de suerte, se irá tu a competencia, y hará su labor tóxica allí. Tú y tu gente podréis dedicaros a lo que os tenéis que dedicar y no a gestionar a tóxicos. Créeme, merece la pena.

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COMENTARIOS (1)

  • Antonio Sánchez Escudero dice:

    Jon, el problema es que el tóxico JAMAS admitirá que es tóxico. Él está en otras alturas, de Napoleón para arriba. Detesta a los que triunfan. Tener un tóxico en casa es como tener, con perdón por el simil, una mierda, está oliendo fatal allá donde se encuentre, y seguirá siendo mierda, aunque le eches colonia encima, o sea palabras de comprensión. La solución eso arrojarla lejos, a otra galaxia, o irte tu.